miércoles, 31 de agosto de 2011

Más de lo que se imaginaban

Daniel Scioli tiene algo para festejar después de las elecciones primarias del 14 de agosto. Los más de tres millones de votos que recibió lo dejaron muy bien posicionado para las elecciones de octubre ya que representan a más del 50 por ciento del padrón de la provincia.
La diferencia con el segundo, el candidato de Unión por el Desarrollo Social, Francisco De Narváez fue de 33 puntos, una ventaja que es prácticamente imposible de descontar. Así mismo el candidato se encargo de denunciar irregularidades: "Por un lado, el oficialismo hace declaraciones sobre la transparencia del comicio y por otra parte, pretenden desconocer que en muchos distritos se están cometiendo irregularidades", declaró De Narváez a la prensa.
De cualquier manera Scioli ganó en 123 de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires, lo que no deja a dudas de que su victoria es legítima.
De esta forma resultó efectiva la decisión de la Casa Rosada de habilitar a Mario Ishii en la interna a gobernador por dentro del Frente para la Victoria ya que logro entrar en las elecciones de octubre con este partido gracias a las colectoras.
Otro acierto de la estrategia oficialista fue sumar a Martin Sabatella que fue candidato por su partido, Nuevo Encuentro, y era una lista de adhesión para la reelección de la presidenta, Cristina Fernández. Gracias a este tipo de maniobras validas a nivel electoral, se sumaron más de 800 mil votos a favor de Fernández de Kirchner además de los que aporto Scioli e Ishii.
Con el resultado oficial provisorio, Cristina Kirchner sumó 4.129.046 votos en Buenos Aires; en tanto, Scioli obtuvo 3.265.585; Ishii logró unos 230.00 votos y ganó tan sólo en el segmento de gobernador en José C. Paz. Desde el partido Nuevo Encuentro, Martín Sabatella sumó 402.665 votos.

Siguiendo la misma sintonía arrasadora que tuvieron tanto en las elecciones para gobernación como para presidencia, el Frente Para la Victoria sumo muchísimos votos para Senadores y Diputados nacionales respectivamente.
En cuanto a los Senadores el oficialismo consiguió un 53 por ciento de votos en toda la provincia de Buenos Aires y supero ampliamente al segundo lugar que fue para el Frente Popular de Eduardo Duhalde que logro solamente un 13 por ciento.
En cuanto a los diputados el Frente para la Victoria saco la misma cifra que logro para Senadores: el 53 por ciento de los votos. Pero el segundo lugar fue para el partido liderado por Ricardo Alfonsín, UDESO, con un 12 por ciento.
En ambos casos se repiten las cifras y la ventaja que hay entre la fuerza ganadora y las restantes opositoras que no logran incomodarla ya que con estos resultados provisorios y en vistas a octubre, lograría mayoría en ambas cámaras.
Estos resultados abultados e inesperados, se deben a la gran división de la oposición en la Argentina. Quizás en un panorama de una oposición unida, como podría haber sido Binner con Alfonsín y Carrio o Rodríguez Saa con Duhalde hubiera sido diferente. Y este clima de divisiones se transmitió a la provincia que mantuvo resultados parecidos que los que se presentaron en la presidencia.
Por ello se puede explicar que los primeros cuatro partidos se repiten tanto en las elecciones presidenciales como para gobernación. En vistas a que las elecciones primarias fueron casi definitorias para lo que viene en octubre, errores muy groseros solamente privarían a Daniel Scioli de lograr su reelección. En cuanto a la oposición, buscara cambiar la estrategia para buscar mejores resultados a nivel legislativo y no perder las bancas en el Congreso o en algunos caso sumar nuevas.





Gonza

martes, 9 de agosto de 2011

Un milagro para Altamira?

La idea surgió durante un pase entre conductores de radio, entre la ironía, la chicana, la risa y (tal vez) la convicción. Jorge Rial cerraba su programa en La Red con un reportaje a Jorge Altamira surgió el tema de "los 400.000", el piso de votos que deben conseguir los partidos en las elecciones del próximo domingo para seguir en carrera y poder competir en las generales del 23 de octubre.

Ya en diálogo con Gustavo Sylvestre, a cargo del programa siguiente, Rial notó que sus seguidores en Twitter, más de 800.000, doblan en cantidad el temido piso del 1,5 del padrón que el Frente de Izquierda, que postula a Altamira como candidato a presidente, necesita para sobrevivir a la interna.

"Habría que movilizarlos", deslizó el histórico dirigente del PO. Rápido de reflejos, el conductor convirtió la charla en un hashtag (tema comentado en Twitter) que generó tanta adhesión como polémica: #unmilagroparaAltamira trepó a la cima del podio de trending topic (las consignas más mencionadas en la red social) en pocas horas.

Para Altamira, la iniciativa es "hija de la espontaneidad", del "buen uso de la ironía" y sólo puede verse con buenos ojos. Dentro del frente que lidera, y que además del Partido Obrero integran el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y la Izquierda Socialista, no todos piensan como él. De hecho, la campaña en Twitter abrió un debate interno, con especial rebote en los canales de discusión en Internet, que está lejos de cerrarse.

"Me da la sensación de que el pueblo argentino necesita objetivos altruistas. Creo que se generó una ola de simpatía a la candidez de nuestra propuesta, centrada en conseguir 400 mil votos por una reforma que consideramos proscriptiva, frente a la omnipotencia de la política tradicional. Creo que Rial supo captar eso. Y evidentemente, no se equivocó", analizó Altamira.

Superar la ironía. El candidato rechazó la interpretación, que circula puertas adentro del Frente y también en las redes sociales, según la que "el milagro para Altamira" termina por ridiculizar un tema de peso como es el de la supervivencia (o no) dentro del sistema de partidos.

"Son los que creen que esto es ridículo quienes ridiculizan nuestra lucha. Tienen una visión muy sectaria", retrucó Altamira. "El Partido Obrero y yo tenemos la personalidad suficiente como para ubicarnos por encima de una ironía. Una respuesta semejante no se suscita si el que convoca es un pelele", añadió enseguida.

Entre molesto y divertido, incluso reivindicó el uso político de la ironía. "Si nosotros gobernamos, vamos a defender a muerte la ironía, porque no hay libertad sin ironía. La forma más aguda de la crítica social es la que se manifiesta con ironía", sentenció. Hasta avanzó con una máxima: "En el que no tolera la ironía hay un futuro censor".

Altamira no tiene dudas. El rebote de la "aventura" de Rial en Twitter, suma. "El 1,5 es inconstitucional. Cercena el derecho de elegir y de ser elegido. Proscribir a un partido que tiene personería antes de que pueda difundir sus propuestas y participar es algo que no existe en ningún lugar del mundo. Frente a esto, cualquier recurso que nos ayude a sortear la trampa, como es esta oportunidad para que se manifiesten quienes usan Twitter, suma", concluyó.

Riesgo de ridiculización. Para Christian Castillo, compañero de fórmula de Altamira, la repercusión del hashtag de la polémica se explica, antes que nada, por los spots del Frente, en los que la pelea "por los 400,000" es leitmotiv, y por el crecimiento de ese espacio en el terreno político.

"Lo del «milagro» es una expresión más de que nuestra denuncia sobre el carácter proscriptivo del piso de los 400.000 votos tuvo impacto", planteó. Enseguida, completó: "Que quede claro: si llegamos a pasar el piso, de ninguna manera podrá atribuirse a una campaña en Twitter, sino a un trabajo de militancia en todo el país".

Castillo coincidió con Altamira en que la iniciativa de Rial es irónica, pero se alejó de lectura positiva de su compañero de fórmula. "No voy a minimizar lo que pasó. Pero el riesgo de ridiculización siempre existe. Frente a eso, nosotros preferimos mantener la campaña por otras vías que ya dieron resultados con la elección de legisladores del Frente en Neuquén y en Córdoba".

Más componedor, concluyó: "Nosotros no queremos que esto siga en la línea farandulera. Pero lo importante es alertar sobre esta proscripción, que es la violación de un derecho. Si alguno nos quiere ayudar por sus vías no le vamos a decir que no".

Aunque es el más comprometido, no sólo el Frente de Izquierda enfrentará el domingo "el fantasma de los 400.000". El requisito también amenaza a los candidatos de Proyecto Sur, Alcira Argumedo y Jorge Cardelli, aunque los votos que Pino Solanas cosechó en la ciudad de Buenos Aires (13 por ciento) les dan algo de aire.

Recta final. La estrategia de la izquierda en el último tramo de la campaña se sostiene en una tríada: garantizar el mayor grado de participación posible, reforzar su red de fiscalización y aprovechar la presencia en los medios hasta el último minuto.

Hasta el domingo, la campaña por el milagro. El lunes, sólo los números (reyes indiscutidos del mundo terrenal) tendrán la respuesta.



Gonza From LN.com

jueves, 4 de agosto de 2011

Fantino, el nuevo superheroe del twitter

¿Quién no recuerda a aquel Fantino dulce y melancólico, ex candidato a convertirse en el nuevo Tinelli, haciendo llorar a sus entrevistados en ESPN Estudio? La rutina era ésta: le preguntaba al invitado sobre el pueblo en que se crió, la plaza, la iglesia, le pasaba un tape con viejos amigos, el hermano anónimo, la fábula del hambre y la redención, y ahí estaban los grandes del deporte secándose los lagrimales en cámara. Sabíamos que Alejandro era un animal contenido, un muchacho que amasaba las emociones por abajo de la mesa, alguien que estaba para otra cosa, para ser príncipe y mendigo del fútbol destrozado, un fantasma que aúlla desde las catacumbas del Fútbol para Todos. El jinete rubio de un apocalipsis en el que River se va a la B y la Selección empata contra los juveniles de Bolivia.

Se intuía que la ternura de Alejandro era una máscara blanda: alguna vez sus dotes actorales lo llevaron a ser la garganta bostera de Mitre y el héroe relajado de las medianoches chabonas de Mar de fondo. Pero no vimos que en el diagrama de esa versión deportiva del Actor's Studio estaba la clave del futuro: un hombre del método, Fantino, un poseso de las adicciones populares.

Domingo 17 de julio de 2011, la noche siguiente a la eliminación argentina en la Copa América. "hoy presentamos: todo mal" (título del zócalo). Los apóstoles de El show del fútbol se comen los desperdicios de la última cena caníbal: las barbas del Checho Batista, los sánguches secos del buffet del Chirola Rodríguez y las piernas amoratadas de la mitad del plantel albiceleste. Tenemos al Chino "Stup" Benítez decapitando colegas con toda frialdad. Tenemos a Nicolás Distasio pidiendo sangre. Tenemos a Gabriel Anello presentando falsos hallazgos. Tenemos a Tapia, la voz tibia del oficialismo de AFA, balbuceando una defensa del Modelo. Y mientras la temperatura del no-debate sube, la carótida de Fantino se pone como un zepelín de plomo y el conductor le grita a la cámara como pocas veces se ha gritado en televisión: "¡Paraaaaaá, Mozes [a Gonzalo Mozes, el productor que le habla por la cucaracha], paraaaaaá! ¡Qué me importa si está en el corte Telefe!". Está claro que Fantino sabe más de lo que muestra, y se está riendo un poco de todos. Como sea, ese brote lo convierte en el gurú de los Tanos Pasman del país, la antena de los plateístas que trabajan duro por su ACV.

La escena también expone el modo en que Fantino transparenta los entretelones de producción: los informes con los que supuestamente no acuerda, la intención explícita del impacto ("te noto muy light", le dice al Cabezón Ruggeri antes de que el ex zaguero le pida la renuncia a Grondona), la dinámica desconcertante del show -cuándo se habla de una cosa y cuándo de otra, aunque él sabotea sus propios intentos por darle una cronología temática al caos- y, fundamentalmente, su misión política de fondo: destronar a Don Julio y ubicar a Daniel Vila, dueño de América, al frente de la AFA.

En el corazón herido de ese monstruo que es el fútbol nacional, lleno de leyendas rotas y propaganda triunfalista, Fantino aparece como el asumido mariscal del morbo. Y haciendo el trabajo sucio por nosotros, lidera un culto que tiene en Twitter su gran caja de resonancia, con el hashtag #elprogramadefantino y una reproducción frenética de las frases que se sueltan al aire. "Explotó Fanta, fue mítico", tuiteó Seba De Caro de trasnoche, al final de la Edición Mozes de El show... Y mientras caíamos en un sueño inquieto, en alguna parte empezaba a gestarse un nuevo drama futbolero.

Por Pablo Plotkin