domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuba, crónica de un final anunciado.

Me remito a las palabras del actual presidente cubano, Raul Castro, para empezar con este articulo.

"O rectificamos o ya se acaba el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos y hundiremos el esfuerzo de generaciones enteras", aseveró Castro ante la Asamblea Nacional, en un dramático reconocimiento de la crisis. Allí, definió el rumbo de su gobierno y defendió el paquete de reformas con el que espera revivir la más que frágil economía cubana y garantizar la supervivencia del socialismo.

Un estado donde la gente vive 50 años atrasado, con problemas de alimentación, habitacionales y el mas importante de todos, en mi opinión, que es vivir en tu país y no poder salir de ahí. Planteándolo ideologicamente, lo mas probable es que la gente que apoya este modelo me retruque diciéndome:"Buscaron un modelo igualitario, donde no haya ni ricos ni pobres" Obviando seguramente que SI había ricos y eran los que gobernaban el país.

El capital personal del líder cubano Fidel Castro está muy cercano a los mil 200 millones de dólares, de acuerdo con un ex alto funcionario de la esfera económica cubana que desertó en Estados Unidos, recientemente. Esto se informo últimamente por la revista norteamericana Forbes. Esto lo confirmo en una entrevista con la periodista cubana María Elvira Salazar, Arturo Guzmán Pascual, ex ministro de Industrias. Aseguró que esa cantidad constituye aproximadamente al capital de la llamada "caja del comandante en jefe"

De cualquier manera, la gente puede sobrevivir con menos de dos dolares para alimentarse todos los dias. Retomando el tema de la nota, es innegable que algo fallo en este modelo económico y social, para que todos los países que lo tuvieron, lo terminaran modificando. Quizas el caso de China sea la excepción. No tuvo un comunismo fuerte, como si lo tuvieron Cuba y la USSR en sus diferentes gobiernos, y lo termina demostrando hoy, que el paso al capitalismo no fue tan estrepitoso como en el país caribeño.

Debido a la severa crisis económica que golpea a la isla, Raúl Castro ha tomado una serie de medidas que alivien las presiones sobre la economía. Dentro de las medidas adoptadas, Cuba flexibilizó los permisos de comercialización para sus agricultores y amplió hasta 99 años el uso de la tierra a inversores extranjeros.
La isla importa el 80 por ciento de los alimentos que consume y destina para ello más de dos mil millones de dólares anuales. Pero también quiere garantizar seguridad a los inversionistas extranjeros en el campo del turismo, una fuente importante de empleo para el país. Irónicamente, Castro, líder de un régimen comunista, ve a los pequeños empresarios como parte de la fórmula para sanear las cuentas de Cuba.

Entre otras de las reformas dispuestas por Castro, se encuentra el recorte de más de 500 mil puestos de trabajo estatales en los próximos meses y la eliminación gradual de subsidios -como la libreta de abastecimiento- de los que depende la población cubana para compensar los salarios que promedian los 20 dólares mensuales.
El gobierno cubano espera que el sector privado absorba a gran parte de los 500.000 empleados públicos que serán despedidos durante 2011 para reducir los costos del Estado.

Quizas este sea el ultimo manotazo de ahogado que pueda hacer el país caribeño. No obstante, Castro instó a sus compatriotas y a los dirigentes a aceptar los cambios, y advirtió que quien no lo haga se quedará relegado. "Hay necesidad y urgencia de introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e irreversible el socialismo en Cuba", afirmó.

Quizas la mentes cerradas crean que el capitalismo llevo a Cuba, a donde esta hoy. Puede que haya influido de manera parcial, pero la realidad es que el mismo estado se creo su propio tumba.



Gonza,

1 comentario:

  1. Creo que está muy bueno lo que escribiste, pero creo también que te falta algo que no podés obviar al hablar de Cuba y de sus carencias: el bloqueo. Como dice Silvio: "no nos han dado derecho siquiera a cometer nuestros propios errores".

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